Toda disciplina necesita de un lenguaje que le sea propicio. Sobre este particular, el caso de la cerámica es un caso muy especial, dado que nuestro término tiene un significado tan amplio, que muy probablemente dentro de las artes plásticas no se le hace justicia. Esta podría ser una de las razones por las que, desde hace cientos de años, entre las muy nobles artes de la pintura y de la escultura, se le relega a un segundo plano, fenómeno observado en el mundo académico, en las exposiciones y hasta en el llamado mercado del arte, con sus correspondientes excepciones. Llamar al arte cerámico "Artes del fuego", dignifica tanto a este oficio o profesión, como a los trabajos a través de él obtenidos, pero todavía no lleva a un término completo su acepción. Si vemos a la cerámica como una escultura molecular, nos referimos al juego que realiza el ceramista con toda la variedad de materiales que se utilizan en este arte, y su comportamiento frente a los diferentes parámetros, fact...